Bursitis

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La bursitis es la inflamación de una bursa, una pequeña bolsa llena de líquido que reduce la fricción entre tejidos como huesos, músculos y tendones. Esta afección provoca dolor, hinchazón y limitación de movimiento, especialmente en articulaciones como el hombro, codo, cadera o rodilla.  

La bursitis puede tener diferentes orígenes, pero en la mayoría de los casos está relacionada con el uso excesivo de una articulación o una mala mecánica corporal. Es fundamental identificar la causa para elegir el tratamiento adecuado. 

• Movimientos repetitivos o sobreuso de una articulación
• Lesiones traumáticas (golpes o caídas)
• Malas posturas al trabajar o hacer ejercicio
• Enfermedades como artritis reumatoide o gota
• Infecciones (bursitis séptica)

Los síntomas de la bursitis pueden variar según la articulación afectada, pero existen señales claras que indican su presencia. Es importante estar atento y actuar ante los primeros signos. 

• Dolor intenso o punzante en la articulación afectada
• Hinchazón visible o sensibilidad al tacto
• Calor local o enrojecimiento
• Dificultad para mover la articulación con normalidad
• Dolor nocturno o al presionar

El tratamiento fisioterapéutico para la bursitis es altamente efectivo y tiene como objetivo reducir el dolor, controlar la inflamación y restaurar la función articular. Si presentas dolor persistente en tus articulaciones, consulta a un fisioterapeuta certificado para un diagnóstico y tratamiento personalizado.  Tratamientos:

• Electroterapia (TENS, ultrasonido)
• Ejercicios terapéuticos para fortalecer músculos y articulaciones
• Corrección postural y reeducación funcional
• Educación postural Corregir movimientos dañinos.

 La bursitis es una afección tratable con un enfoque adecuado y profesional.

Ignorar la bursitis o no tratarla adecuadamente puede provocar complicaciones graves que afectan la calidad de vida a largo plazo. Actuar a tiempo evita consecuencias funcionales y estructurales. 

• Artritis en la articulación afectada.
• Dolor crónico que limita la vida diaria. 
• Debilitamiento muscular
• Limitación funcional prolongada
• Riesgo de infecciones si es bursitis séptica

Al enfrentarte a un caso de bursitis, es común cometer errores que agravan la lesión o retrasan la recuperación. Evitarlos es clave para un tratamiento exitoso. 

• Automedicarse con antiinflamatorios sin diagnóstico.
• Ignorar el dolor y seguir con actividades de impacto.
• Aplicar calor en fase aguda (aumenta la inflamación).
• No acudir a un fisioterapeuta especializado 
• Descansar excesivamente sin ejercicios terapéuticos